El fin de tres décadas

24 oct 2022

Semana 8

23 de octubre del año 2022. No soy de celebrar cosas, ni fiestas generales, ni éxitos, ni cumpleaños. No quiero escribir esto a modo de celebración, sino de reflexión, los cumpleaños no significan nada para mí, nada más allá que una referencia del estadio de la vida en el que uno se encuentra, claro está.

Este cumpleaños me resulta interesante porque es un cumple década. Los múltiplos de diez son interesantes porque estamos culturalmente aferrados a ellos, tenemos diez dedos en las manos, usamos un sistema numérico decimal, es una referencia por excelencia en nuestra intuición matemática.

En mi opinión, la tercera es la primera década más relevante en la vida de una persona. Los primeros diez años que uno cumple no son particularmente significativos, como infante cada año que uno vive es radicalmente distinto, para un niño cada año es tan especial como una década para un adulto, así que cumplir diez años no está muy presente en la vida de un niño. Cumplir veinte es algo más significativo, sin embargo se ve opacado por cumplir los dieciocho años, es a los dieciocho años cuando uno se vuelve un adulto, adquiere gradualmente las responsabilidades de la vida y, o comienza su vida laboral, o continúa su aprendizaje en estudios superiores. Para cuando uno cumple veinte ya ni siquiera se siente como un trámite más. Por el contrario, al llegar a los treinta uno ya comienza a establecer lo que será el fundamento del resto de su vida a partir de los años veinte, al cumplir la tercera década uno recapitula sus progresos de una manera mucho más crítica e introspectiva y se enfrenta a las posibilidades de su futuro, así, la tercera década es la primera década que gana importancia a la hora de fragmentar las épocas de nuestras vidas.

Afortunadamente mi cumpleaños y cumpledécada cuadró justo con el domingo, día en el que hago mis informes, así que le da un aire más trascendental a esto, y afortunadamente creé este sitio en el momento apropiado para grabar algunos de mis pensamientos durante su ocurrencia.

:)

A lo nuestro. Fue una semana particularmente buena creativamente hablando, estuve escribiendo mucho sobre varios temas: el tiempo, el bien y el mal, la naturaleza de la información relativo a la vida y la energía oscura… lo típico. ¿Y por qué fue tan creativa? Bueno, hace ya bastante tiempo me di cuenta de que soy alguien con una inercia mental jodidamente alta (razón de ser del nombre del sitio), cuando agarro vuelo con una actividad me es muy difícil detenerme y por consiguiente, me es muy difícil pasar a lo siguiente porque mi cabeza sencillamente se enfrasca en depositar todo de sí en ello. En resumen, había estado pendiente de otras cosas, como Factorio, o leyendo So I’m a Spider So What?, de manera que la inercia de mi mente estaba metida en estas cosas, esta semana conseguí que el foco pasara a mis ensayos y pude escribir de manera satisfactoria. Soy consciente de las ventajas y las desventajas de esta… condición, y aún a día de hoy intento aprender a manipularlo en pro de mis objetivos. Por ejemplo últimamente he estado intentando crearme rutinas para estructurar mis semanas, pero esta inercia mental es un obstáculo del tamaño de un elefante. Uno sencillamente no puede llegar y crearse un horario si su mente se niega a abandonar un estado para embarcar otro. Hoy pienso que debo crear rutinas dinámicas, que yo sepa no he oído algo así en ninguna parte, pero creo que podría funcionar el crearse una rutina monitoreando el estado del enfoque de mi mente, amplificando sus resultados guiándolos en lugar de simplemente intentar forzarlos a seguir un patrón que podría resultar… antinatural para mi. No es nada del otro mundo, sino más bien algo que ya he estado haciendo de una manera bien espontanea, y es… sencillamente hacer lo que me plazca. Claramente debo mejorar el ámbito de la disciplina en esto, forzarme descansos, alimentación, horas de sueño, etc.

Bueno, además configuré un par de listas de reproducciones. Creo que con las doce listas que llevo ya sobrepasé la mitad de mis listas, eso quiere decir que estamos más o menos en la recta final. Por el momento. Parece que no, pero tengo mucha música en mi repertorio, cantidad que precipita algunos de los problemas que vienen durante las próximas semanas… En una de las listas recién configuradas aclaro que sí, me parece considerablemente más estética la voz femenina que la masculina, hecho que se verifica con la enorme mayoría de de las canciones que escucho.

Ahora que recuerdo también escribí un ensayo suelto, algo corto, pequeño, más bien ambiguo… pensaba abordarlo más en profundidad, pero creo que terminaré publicándolo directamente al apartado de Ensayos ya que no parece tener mucho más potencial para convertirse en parte de mi libro en construcción de ensayos.

Ah, hoy cumplo mi tercera década, la primera década que parece tener más impacto en mi vida. Soy del pensamiento que los primeros años de un individuo no cuentan mucho. Uno se la pasa siendo un infante, o un joven en pleno proceso de aprendizaje y desarrollo. Sí, son estos años los que dan forma a nuestra forma de ser, de pensar, a nuestra idea de lo que será nuestro futuro, pero no deja de ser un aprendizaje de rutina que poco dista del de cualquier otro ser humano en esta tierra. Claramente hay excepciones, personas que no tienen la oportunidad o la capacidad para llevar el mismo proceso de formación, y de hecho, por mucho que todos vivamos a través de la experiencia escolar, todos la experimentamos de una manera diferente… pero en términos generales, incluso si no fuiste a la escuela, fuiste un individuo que rondaba por el entorno curioseando, aprendiendo, encontrando tu lugar en tu contexto de vida. Por eso digo que no cuenta mucho, porque es como un proceso PREVIO A. Luego la cosa se va difuminando a medida que uno se acerca a los veinte años, se vuelve complicado ver el punto en el que uno deja de experimentar el aprendizaje y comienza a aplicarlo en el mundo. Realmente uno no deja de aprender en prácticamente toda su vida, y por mucho que uno sea un infante, no todo lo que uno hace cuando niño es ser un estudiante. De hecho el aprendizaje está al servicio de nuestra intervención en el mundo, y es lo que se va grabando a fuego durante el comienzo de esa tercera década al empezar los años veintes. Sí, aunque parezca contra intuitivo cumplí tres décadas, la tercera década terminó, y comienza la cuarta. Ah, estoy viejo. Estoy personalmente satisfecho con mi desempeño, quiero decir, respecto de lo que he explicado consideraré como productiva mi vida en cierto punto entre los primeros años de mis veinte, donde se empezó a volver más claro quién era, qué estaba haciendo. Así, pienso que realmente sólo he vivido unos ocho años plenos, aunque pongámosle diez, los primeros años, vamos… esos que no cuentan sólo eran el tutorial. No tengo una profesión, no gano un dineral, no tengo muchas posesiones, no he formado una familia, de hecho empecé a trabajar muy tarde en mis veintes, pero estoy conforme porque estoy jodidamente satisfecho con la manera en la que me he construido, todo lo que he hecho lo siento justificado, todo lo que he hecho sirve a un propósito, tengo una extraña convicción. Si mi yo del pasado viera lo que soy desde la superficie quizás terminaría con una crisis existencial, per si supiera el trasfondo, la razón de todo, estoy seguro de que se enorgullecería, porque lo que veo frente de mí de alguna manera sé que ha estado en mi campo de visión desde el minuto uno. Dicho esto, me queda quizás algo más que la segunda mitad de mi vida real por delante, claro consideraré que al menos viviré hasta por ahí por los sesenta y cinco, pero si consideramos sólo los diez años de esta tercera década de real introducción al mundo (uno poco o nada se acuerda de los primeros diez años de su vida, y uno es demasiado joven para saber exactamente qué está haciendo durante sus segundos diez años de su vida), entonces sólo he vivido poco menos de un cuarto de mi vida práctica, y me esperan tres partes más.

Con estas reflexiones abandono esta que será mi carta a futuro…